Todo lo que tienes que saber antes de hacerte un tatuaje

Cada vez son más las personas que llevan, como mínimo, un tatuaje en su cuerpo. Las formas, colores o frases que decoran su piel son permanentes y, por eso, es importante conocer todo lo relativo a esta marca.

Un tatuaje es una marca en la piel para siempre, por lo que es importante estar convencido de esta decisión e informarse de cómo, cuándo y dónde realizarlo. Actualmente, la edad legal para que un joven se haga un tatuaje son los 18 años. Antes de esa edad, tendrá que asistir con un tutor que lo autorice.

A pesar de la creciente afición por los tatuajes, hay que recordar que antes de acudir a la cita es necesario tiempo para tomar ciertas decisiones. Por ejemplo, la zona del cuerpo donde hacer el dibujo y qué diseño plasmar en la piel. También es importante informarse de las posibles complicaciones y de los cuidados posteriores que son necesarios para evitar infecciones.

¿Es mejor tatuarse en verano o en invierno?

Los meses de verano no son los mejores para hacerse tatuajes. En esta época del año, el cuerpo está en constante exposición al sol y, además, los baños en el mar pueden dañar los tatuajes recientes.

Asimismo, en verano la humedad y el sudor pueden dificultar la curación de un tatuaje. El efecto del sol sobre los tatuajes recién hechos también es otro punto que hay que considerar, ya que puede modificar la tonalidad de la tinta, incluso difuminarse.

Todo ello aumenta el riesgo de infección y, por eso, se recomienda no tatuarse en verano. En cambio, los meses más fríos son mejores porque las bajas temperaturas hacen que no se sude y, además, el cuerpo va más protegido con ropa.

Tipo de piel y tatuajes

Otro factor que hay que tener en cuenta antes de tatuarse es el tipo de piel. Una piel normal (la que está en equilibrio en cuanto a producción de sebo y sudor) es la mejor candidata para que un tatuaje se conserve a la perfección.

La piel seca, escasa en la producción de sebo, puede llegar a perder diariamente hasta medio litro de agua. Tiene un aspecto más envejecido y es menos elástica, y el tatuaje lucirá menos.

Finalmente, las pieles muy grasas son las menos aconsejadas a la hora de hacerse un tatuaje. Son pieles muy gruesas y menos transparentes, por lo que el tatuaje no quedará tan perfecto.

¿Dónde es mejor no hacerse un tatuaje?

Saber en qué lugar del cuerpo tatuarse es importante para prever molestias e, incluso, para evitar posibles complicaciones físicas en un futuro.

Más allá del umbral del dolor de una persona, hay ciertas partes del cuerpo que no son recomendables a la hora de tatuarse. De entrada, los empeines, cuellos o espinillas son las zonas que más duelen, porque la piel es más fina.

Por otro lado, los tatuadores y expertos en salud recuerdan que no es aconsejable hacer un tatuaje sobre:

Un lunar. Aquí la tinta no va a conseguir ningún efecto y, en un futuro, podrá dificultar la detección de un posible cáncer de piel.
Cicatrices o quemaduras. En estos casos, se recomienda esperar a que la cicatriz torne a su color natural.
Queloides y varices.
Zona lumbar. Tatuarse al final de la espalda hará que no se pueda administrar, más adelante, anestesia epidural ni realizar una punción lumbar, por el riesgo de trasladar partículas de tinta en el espacio intradural.

Después de un tatuaje

Finalmente, una vez hecho un tatuaje, se recomienda evitar:

Rascarse la piel o quitarse las costras
Sumergir el tatuaje en agua
Bañarse en el mar
Exponer el tatuaje al sol
Llevar ropa ajustada que no deje respirar la piel
Hacer ejercicio pesado que estire el área del tatuaje

Cuidados de un tatuaje los primeros días

El cuidado posterior comienza tan pronto finaliza el tatuaje, y es el mismo independientemente de que el tatuaje sea grande o pequeño. Estas son las principales recomendaciones para cuidarlos:

Al salir del estudio, el tatuaje irá tapado con un vendaje, normalmente de papel film. Sirve para protegerlo de bacterias, así que se recomienda dejarlo un mínimo de 2 horas y un máximo de 24 horas.
Antes de manipular el tatuaje (lavarlo, hidratarlo, etc.) es importante lavarse las manos con agua y jabón.
Lavar el tatuaje con agua templada o fría y jabón neutro, sin perfume. Secar la piel a pequeños toques con una toalla de un solo uso o papel de cocina.
Después de lavarlo, no cubrir de nuevo con el vendaje inicial. Proteger la piel con un poco de crema o pomada especial para tatuajes.