Una biopsia es un procedimiento médico que consiste en extraer del cuerpo del paciente una muestra de tejido -o un nódulo entero- para después estudiarlo en el laboratorio y poder determinar la presencia de alguna enfermedad. Lo habitual es utilizarla cuando se sospecha que pueden haber tejidos cancerosos, pero también pueden ayudar a identificar otras afecciones, como desórdenes autoinmunes o inflamatorios e infecciones. En el caso de un trasplante, a veces se utiliza para hacer compatibles los tejidos o buscar señales de rechazo posteriores.
Las biopsias se pueden realizar en muchos órganos del cuerpo. Desde los huesos o la médula, hasta la piel u órganos internos como el riñón, el páncreas, el estómago, el hígado o los pulmones. En función del punto concreto a la hora de realizar la biopsia y del tamaño del tejido a extraer, el procedimiento puede realizarse con anestesia general o sólo local. De ello dependerá también la preparación previa del paciente, que puede tener que dejar la medicación habitual que pueda estar tomando en las horas anteriores a la intervención. El médico podría pedirle también que estuviera en ayunas desde unas horas antes.
Tipos de biopsia
Hay muchos tipos de biopsia. El procedimiento a utilizar dependerá del órgano a estudiar. Éstos son algunos de los métodos que más se utilizan:
- Biopsia por aguja. La muestra de tejido se consigue con la introducción de una aguja en el punto que se desea analizar. Hay muchas clases de agujas Y también hay muchas maneras de localizar el punto donde se debe hacer la biopsia: tomografía computarizada, resonancia magnética, fluoroscopia, ultrasonidos…
- Biopsia por raspado. Se utiliza para extraer muestras de la piel con un aparato de raspado. También se puede usar otro método que se llama sacabocados y que permite obtener muestras más grandes.
- Biopsia endoscópica. Consiste en la introducción de un aparato endoscópico por algún orificio natural o practicado expresamente para la intervención. A través del aparato, se introduce algún instrumento -generalmente, una especie de pinzas- que permite conseguir la muestra de tejido.
La biopsia se considera un procedimiento invasivo -con mayor o menor grado según el método que se utilice-, pero permite afinar el diagnóstico cuando las demás pruebas médicas no dan un resultado concluyente.
Recuperación rápida
Por lo general, el procedimiento no es doloroso, ya que se practica con sedación, sea local o general, y el proceso de recuperación suele ser rápido. Pero hay que tener en cuenta que existe cierto riesgo de infección, como cualquier procedimiento que penetre la piel. En cualquier caso, se calcula que la posibilidad de infección que requiera un tratamiento antibiótico se presenta en una proporción inferior a 1 de cada 1.000.
Aparte de la mínima posibilidad de infección, también se puede producir una pérdida de sangre o una lesión en los tejidos cercanos al punto de la biopsia. Pero se considera un procedimiento muy seguro y que la inmensa mayoría de veces permite obtener un diagnóstico afinado sin perjuicio para el paciente, más allá del momento de la intervención.