Candida es el nombre científico de un hongo que vive de forma habitual dentro del cuerpo humano. La más frecuente es la Candida albicans, un hongo que causa infección cuando se reproduce de forma acelerada y el sistema inmunitario no puede controlarlo.

La Candida albicans vive en el 30-70% del tracto gastrointestoinal y genitourinario de los adultos sanos. Es decir, todas las personas tienen cándidas en su intestino. El problema es cuando esta levadura se vuelve invasiva y problemática para la salud. Hay personas que son más susceptibles que otras a la hora de sufrir candidiasis. Por ejemplo, aquellos que siguen una alimentación rica en azúcares e hidratos de carbono y consumen alcohol en exceso, o quienes toman medicamentos como los antibióticos, anticonceptivos o corticosteroides.

Tener el sistema inmune alterado o diabetes también predispone más a tener este tipo de infección por hongos; de igual manera que recibir tratamientos para el cáncer como quimioterapia y radioterapia, que habitualmente alteran el microbioma de los pacientes.

 

Tipos de infecciones por cándidas

Las infecciones causadas por este hongo pueden afectar a distintas partes del cuerpo y dan lugar a diversas patologías. Si son causadas por hongos superficiales, pueden afectar a la boca, las uñas o la zona genital. No son graves, aunque ocasionan picores y otros malestares. En cambio, las infecciones por hongos sistémicas pueden llegar a afectar a pulmones o a la sangre, y son mucho más serias.

  • Muguet o candidiasis oral. Causa manchas blancas en la boca.
  • Provoca dolor o dificultades para tragar.
  • Es una infección vaginal que causa picazón en la zona íntima.
  • Infección cutánea. Ataca a la piel y origina erupciones.
  • Candidiasis en sangre. Es una infección grave.

 

¿Cuáles son los síntomas más habituales de la candidiasis?

La sintomatología dependerá siempre del tipo de infección, aunque los síntomas más comunes son:

  • Sarpullido rojo
  • Picor en la piel
  • Secreción vaginal
  • Manchas blancas dentro de la boca
  • Uñas duras o quebradizas
  • Mal aliento
  • Agotamiento
  • Problemas de sinusitis crónica y alergia

 

Si la infección es más grave, puede derivar en fiebre, escalofríos, náuseas o dolores musculares, además de notar un ritmo muy elevado de los latidos del corazón.

Para prevenir estas infecciones causadas por el hongo Candida, hay que mantener la ecología intestinal y evitar que esta levadura se multiplique rápidamente. Si lo hace, provocará infección.

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Consejos para prevenir la candidiasis vaginal

Una de las infecciones más habituales es la candidiasis vulvo-vaginal, que afectará a tres de cada cuatro mujeres a lo largo de su vida. Pese a que no se puede evitar, sí que existen una serie de recomendaciones para prevenir su aparición:

  1. Limpiar y secar el área genital con agua y soluciones de higiene íntima de PH neutro. Hay que tener un especial cuidado tras orinar.
  2. Evitar ropa demasiado ajustada o ceñida. Es aconsejable usar ropa interior de algodón.
  3. No llevar prendas húmedas, por ejemplo, tras practicar la natación o cualquier otro tipo de ejercicio.
  4. Cuidar la alimentación. Es recomendable reducir el consumo de hidratos de carbono, ya que un exceso favorece el crecimiento de bacterias patógenas en el tracto intestinal y urinario.
  5. Tomar probióticos. Son una alternativa que hay que tener en cuenta para prevenir infecciones y ayudan a mantener la flora vaginal.

 

¿Qué es la prueba de cultivo fúngico?

Sin duda, es la prueba definitiva, tras el examen clínico, que el médico o profesional de la salud pedirá a aquellas personas que padezcan síntomas de una infección por hongos. Durante esta prueba, las células se colocan en un medio especial para promover su reproducción. Todo ello en el laboratorio.

Los resultados son rápidos y suelen estar al cabo de pocos días, aunque el proceso varía en función de la infección. Algunas candidiasis se desarrollan con lentitud y los resultados del cultivo fúngico pueden tardar varias semanas.

 

Una alimentación sana

Este tipo de hongos crece allí donde abundan el azúcar y los carbohidratos. Por lo tanto, son tipos de alimentos que es mejor no consumir. En cambio, lo mejor para evitar la abundancia de la Candida albicans es seguir una dieta rica en productos vegetales y en polifenoles, como el lino, la chía, el sésamo y la soja fermentada. Los vegetales de color verde, como el brócoli o los espárragos, son los más aconsejables, ya que aportan clorofila. Además, se recomienda evitar las grasas de origen animal y un exceso de proteínas.

Asimismo, los alimentos fermentados, como el chucrut, mejoran la diversidad bacteriana y benefician la inmunidad de las mucosas. Y son altamente recomendables los lácteos fermentados provenientes únicamente de la cabra, como el kéfir, el queso o los yogures.

Como tratamiento, el médico puede recomendar el uso de antifúngicos tópicos u orales.

 

Dr. Carles Rabassa
Director Médico de Atlàntida