Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada día se producen en el mundo más de un millón de infecciones de transmisión sexual: 374 millones al año. Y nuestro país no es una excepción. Desde el 2010 se observa un aumento sostenido de contagios, una tendencia que se produce en toda Europa, pero España es uno de los países con más afectación. La relación de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) con el turismo y con las zonas más pobladas es una de las explicaciones de este hecho y, por esta razón, Catalunya concentra más de la mitad (58%) de los casos españoles.
En los últimos años, además, se ha observado un aumento muy importante de los contagios en mujeres. Según este estudio, entre 2010 y 2019 los casos de ETS en mujeres en España han crecido más de un 1.000%, de los cuales el 64,8% corresponden a diagnósticos de clamidia. Le siguen a distancia los casos de gonorrea, que han aumentado un 729%, mientras que las infecciones por el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), el causante del Sida, se han estancado en torno a los 500 casos anuales.
Sin síntomas
Las autoridades sanitarias no paran de repetir la importancia de hacerse periódicamente pruebas de ETS, sobre todo entre los jóvenes, porque son un recurso muy importante para la salud pública. Muchas de estas enfermedades no presentan síntomas en sus estadios iniciales y por eso suelen pasar desapercibidas, lo que facilita su propagación de forma involuntaria. Hacerse pruebas regularmente, sobre todo si se tienen parejas sexuales diversas, aunque sean esporádicas, ayuda a detectar de manera precoz la presencia de alguna infección.
Las principales enfermedades por vía sexual son estas:
- Clamidia. Causada por la bacteria Chlamydia trachomatis, afecta los órganos genitales, el recto y, a veces, el cuello. Suele ser asintomática y puede causar problemas graves a corto y largo plazo.
- Hepatitis. Tanto la hepatitis B como la C, están causadas por un virus que ataca el hígado. La infección puede derivar hacia una hepatitis crónica que puede provocar lesiones irreversibles en el hígado.
- VIH. Es seguramente la infección de transmisión sexual más conocida entre la población general. Suele ser asintomática, a veces durante muchos años, pero puede derivar en el Sida, las siglas del síndrome de inmunodeficiencia adquirida, una enfermedad que destruye el sistema inmunitario del individuo.
- Sífilis. Causada por la bacteria Treponema pallidum. Si no se trata, puede provocar con los años alteraciones graves del sistema cardiovascular o nervioso.
- Herpes. Infección causada por el virus del herpes simple o VHS. Es asintomática, pero se contagia muy fácilmente por vía sexual. Cuando se manifiesta es en forma de múltiples lesiones, como vesículas o úlceras dolorosas.
- Gonorrea. Está causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que se multiplica con facilidad en las zonas húmedas del cuerpo: genitales, aparato urinario, boca, faringe, ano… Puede provocar problemas de salud graves y permanentes.
Muchas de estas enfermedades no tienen cura, aunque en algún caso existen vacunas o medicamentos para minimizar sus síntomas.
Opciones para hacerse las pruebas
La mayoría de los centros de salud públicos ofrecen pruebas de ETS gratuitas o de bajo coste a quién lo solicite. No hace falta presentar síntomas para hacerse la prueba, que básicamente consiste en un análisis de sangre. Igualmente, hay múltiples centros privados que proporcionan esta posibilidad a un coste más elevado; algunas también ofrecen kits de pruebas caseras que permiten tomarse muestras en la comodidad del propio hogar.
En el terreno de la prevención, el uso del preservativo es seguramente el mejor consejo que se puede dar para evitar los contagios por ETS. Y en algunos casos también es aconsejable no compartir productos íntimos o que hayan estado en contacto con zonas del cuerpo infectadas. Pero el hecho de que muchas de estas enfermedades no presenten síntomas, complica la labor de prevención, con lo cual el sentido común también juega un papel importante para evitar la propagación de las ETS.
