Todo lo que tienes que saber del neuroma de Morton
El neuroma de Morton, también conocido como neuroma plantar, es un un engrosamiento del tejido que rodea el nervio en el antepié. Puede causar pérdida de sensibilidad en los dedos, dolor o sensación de descargas eléctricas. Evitar zapatos apretados y descansar los pies siempre que se pueda alivia este malestar.
El neuroma de Morton, también se conoce como neuroma interdigital o neuroma plantar. Se da cuando alguno de los nervios que se encuentran entre los dedos del pie se inflama como consecuencia de una presión continuada. Es decir, cuando los dedos de los pies se aprietan durante demasiado tiempo, el nervio puede hincharse y hacer que esta inflamación dificulte, entre otros aspectos, el caminar, por ejemplo, la marcha
El dolor que causa esta patología es como si la persona estuviera de pie sobre una piedra. Puede ser una molestia aguda y, en ocasiones, llegar a entumecer los dedos de los pies.
Este engrosamiento del nervio puede provocar, por lo tanto:
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Dolor en la parte anterior del pie
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Dolor al caminar
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La sensación de tener un pequeño bulto dentro del antepié
Generalmente, el neuroma de Morton afecta en el nervio que pasa entre el tercer y cuarto metatarsiano, pero también puede darse entre otros dedos de los pies. También es más habitual entre la población femenina y, en el 80% de los casos, se puede solventar con tratamientos conservadores.
¿Cuáles son sus síntomas?
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Dolor intenso y eléctrico entre los huesos de los pies
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Hormigueo entre los dedos
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Calambres en los dedos de los pies
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Dolor que empeora al caminar
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Sensación de ardor en la punta del pie
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Sensación de estar parado sobre una piedra en el zapato
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Picor en los dedos
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Entumecimiento de los dedos
Las causas del neuroma de Morton
Existen diversos factores de riesgo que favorecen que se dé esta inflamación en el pie. Una de ellas es apoyar mal el pie al caminar o practicar deporte, además de usar un calzado inadecuado que presione mucho el pie.
Esta patología también puede ser consecuencia del uso continuado de zapatos de tacón, de traumatismos sobre la planta del pie o de deformaciones de los dedos, como, asimismo, de problemas en los pies como arcos altos o pies planos.
Cómo puedo evitarlo
El neuroma de Morton se puede prevenir en algunos casos cuando son consecuencia de un mal calzado o mala práctica de algún deporte. En casa, hay algunas prácticas que pueden tratar este problema de las extremidades inferiores:
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Evitar calzado apretado, con punta o zapatos de tacones altos.
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Usar zapatos con una horma ancha, con suficiente espacio para los dedos de los pies.
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Colocar una compresa fría en la zona con dolor, de 10 a 15 minutos.
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Tomar medicamentos antiinflamatorios para reducir la hinchazón.
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Descansar los pies siempre que se pueda.
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Masajear los pies.
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Usar almohadillas especiales o dispositivos ortopédicos (siempre que lo indique el médico).
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Realizar ejercicios enfocados a mejorar la flexibilidad y la fuerza de los pies.
El diagnóstico del neuroma de Morton : el médico hará una exploración del pie, y valorará si hay que realizar una ecografía o resonancia magnética.
¿Cuál es su tratamiento?
El tratamiento del neuroma de Morton depende de cada caso. El podólogo recomendará al paciente las mejores opciones para él, en función de la gravedad y el tiempo que lleve sufriendo dolores. En la mayoría de los casos, la intervención quirúrgica no será necesaria y se llevarán a cabo uno o varios de los siguientes tratamientos:
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Estudio biomecánico de la marcha, para conocer las causas biomecánicas de este dolor y si pueden provocar lesiones a largo plazo y como minimizarlas.
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Plantillas personalizadas, para aliviar la sobrecarga y la compresión sobre el nervio dañado.
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Fisioterapia para reducir la inflamación de la zona afectada.
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Infiltraciones de corticoides y anestesia para desinflamar el nervio.
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Tratamiento por radiofrecuencia para hacer desaparecer los síntomas.
¿Se puede operar?
Como que no todos los pacientes responden del mismo modo a los tratamientos convencionales, hay casos en que sí que se recomienda la cirugía. Se trata de aligerar la presión sobre el nervio. En raras ocasiones, hay que extirpar el neuroma.