La bronquiolitis es una hinchazón y acumulación de moco en las vías aéreas más pequeñas de los pulmones, los bronquiolos. Normalmente, se debe a una infección viral y suele ser muy común en los niños.

 

La principal causa de la bronquiolitis es el virus respiratorio sincitial (VSR), aunque también puede derivar de un resfriado usual o una gripe. Afecta, mayoritariamente, a niños menores de 2 años, con una mayor incidencia entre los 3 y los 6 meses. Se estima que, anualmente, entre un 10% y un 30% de niños menores de un año padecen bronquiolitis. Los bebés y niños tan pequeños tienen aún las vías respiratorias de tamaño reducido, por eso se obstruyen con mayor facilidad. De todas maneras, solamente entre un 7% y un 14% necesitará hospitalización.

 

Esta enfermedad se da, sobre todo, en los meses de otoño e invierno. En esas épocas son una de las razones principales de visita al pediatra, y la mayoría de casos se tratan desde casa. La bronquiolitis comienza como una infección de vías respiratorias altas con mucosidad nasal y estornudos. El niño puede tener febrícula y lo que no suele faltar es la tos, que es seca y aumenta de forma progresiva, y la posterior dificultad para respirar.

 

Los bebés prematuros, niños con problemas cardíacos o pulmonares o pequeños con el sistema inmunitario débil, tienen más probabilidades de desarrollar una bronquiolitis. Un porcentaje alto de los niños que han tenido una bronquiolitis presentan una tendencia a hacer bronquitis, de nuevo, en los próximos años, principalmente si hay antecedentes familiares de asma o atopia.

 

¿Cuáles son sus síntomas?

Los signos iniciales de esta infección viral suelen ser similares a un resfriado y, normalmente, mejoran por sí solos. Cuando empeoran, es el momento de consultar con el médico.

 

Los síntomas empiezan entre los 3 y los 7 días después de coger el virus: fiebre y obstrucción de nariz. Entre 2 y 4 días a posteriori, el virus se extiende a los bronquiolos originando irritación y estrechamiento de estas vías respiratorias. Por eso, el niño tose y respira con mayor dificultad.

Esta infección se caracteriza por estos signos habituales:

  • Congestión nasal
  • Moqueo nasal
  • Tos
  • Fiebre
  • Dificultad para respirar progresiva
  • Respiración sibilante (emisión de pitos al respirar)
  • Rechazo a la comida
  • Irritabilidad

bronquiolitis1

¿Es contagiosa?

Sí. Las personas que contraen una bronquiolitis la pueden contagiar durante varios días, o incluso durante varias semanas. Este virus sobrevive hasta siete horas en superficies y se propaga si se entra en contacto directo con las secreciones nasales o de la garganta de la persona infectada.

 

Normalmente, sucede cuando la persona portadora del virus:

  • Tose o estornuda cerca y las gotas que lanza al aire son inhaladas por el bebé o niño
  • Toca juguetes u objetos que luego son manipulados por el pequeño

 

Tratamiento de la bronquiolitis

La mayoría de los casos de bronquiolitis infantiles son leves y no requieren ningún tratamiento médico específico, más allá de aliviar los síntomas. La mayoría de los niños mejoran al cabo de 1 a 2 semanas, con medidas de soporte y vigilancia en su domicilio.

 

Para ello, se aconseja:

  • Ofrecer líquidos en pequeñas cantidades y en mayor frecuencia para mantener al niño hidratado.
  • Si el bebé es lactante, seguramente disminuirá la ingesta de leche durante las tomas porque se cansará, por lo que se tendrán que aumentar el número de tomas.
  • Usar un humidificador de vapor frío en su habitación, para ablandar las mucosidades y aliviar la congestión nasal.
  • Utilizar un aspirador nasal y/o gotas nasales de solución salina para despejar la nariz y aliviar la congestión nasal.
  • Mantener al bebé boca arriba, en posición semiincorporada a 30º y el cuello extendido, para que pueda respirar mejor.
  • Procurar un ambiente tranquilo. Evitar maniobras bruscas y poner al niño ropa cómoda y ancha.

Los antibióticos no ayudan porque la bronquiolitis es de origen viral (la produce un virus) y estos medicamentos solo son eficaces en las infecciones bacterianas. En ocasiones, si el pequeño tiene fiebre y ya es suficientemente mayor, el médico puede pautar antitérmicos que bajen la fiebre.

bronquiolitis 2

¿Se puede prevenir?

De todas las medidas preventivas, la más eficaz para evitar la propagación de los virus que pueden causar la bronquiolitis –y otras infecciones– es el lavado de manos de forma frecuente y correcta. Por otro lado, es conveniente alejar a los menores de personas resfriadas y de ambientes secos o altamente cargados con contaminación ambiental (humo del tabaco o productos de limpieza).

 

Además, hay que ser conscientes de que los niños con bronquiolitis son la principal fuente de contacto para otros, por lo que se recomienda no llevarlos a la guardería hasta que desaparezcan los síntomas y evitar el contacto con otros menores. Y, en casa, mantener siempre limpios los juguetes y las superficies y no arropar en exceso al niño.

 

Dr. Carles Rabassa
Director Médico de Atlàntida