¿Cuántas veces has escuchado que hacer deporte es importante para la salud? Algunos lo hacen porque quieren adelgazar, otros porque quieren estar más musculosos, otros mantenerse en forma, otros por salud, y otros porque realmente lo disfrutan. Que el deporte es saludable es indiscutible, y es que la actividad física nos ayuda a estar mejor tanto física como emocionalmente.
La danza también es un deporte que tiene las mismas virtudes que cualquier otro, incluso más, ya que requiere una simbiosis entre la persona y la coreografía permitiendo que afloren emociones y sentimientos internos. La danza dota a nuestro cuerpo de una capacidad expresiva y comunicativa especial, y gracias a ello nos ayuda a conectar con nosotros mismos y a mejorar nuestro estado psíquico.
Algunos de los beneficios que nos puede aportar la práctica de danza son:
Desarrollo de las habilidades sociales:
- Las clases de danza brindan la oportunidad de conocer a gente nueva y desarrollar las habilidades sociales, sobre todo en aquellas personas que tienen dificultades para comunicarse, ya que encuentran una motivación para el mantenimiento de la interacción interpersonal y además, facilita la expresión y la gestión de los estados de ánimo. Asimismo, numerosos autores defienden la idea de que las relaciones sociales aumentan la autoestima y la actitud positiva.
- Por otro lado, se refuerzan algunas otras habilidades interpersonales como el concepto de compromiso, sentimiento de pertenencia a un grupo, respeto, entre otras.
Adaptabilidad a nuevas situaciones:
- El pertenecer a un grupo de danza puede ayudar a las personas a optimizar sus capacidades de adaptación a nuevos entornos o desarrollar nuevas técnicas de adaptabilidad. Esta ventaja, en parte es consecuencia de la anterior (mejora de la comunicación).
Buenos hábitos:
- El comenzar una rutina de la mano con la danza, puede empujarnos a comprometernos con nuevos hábitos saludables. La danza es un deporte, y hacer deporte es saludable ya que mejora nuestra salud física y emocional. Además, implica organizar una rutina diaria, cosa que nos ayudará a organizar nuestro tiempo, reordenando nuestros objetivos y reduciendo el estrés.
Mejora en el estado de ánimo:
- La danza reduce el estrés y la ansiedad mediante la liberación de endorfinas. Esto hace que durante el tiempo que dura la actividad, logremos sentirnos mejor y evadirnos de aquello que nos preocupa y de los estresores del día a día. La danza puede ser un modo de desconexión.
Mejora la autoestima:
- Gracias al desarrollo de nuevas habilidades, de la mejora del estado de ánimo, de la autoconfianza y del refuerzo de los vínculos sociales, la autoestima se ve potenciada.
Mejora de la funcionalidad física:
- Mejora la coordinación, el equilibrio y el tiempo de reacción.
Estimulación cognitiva:
- Para aprender y controlar cada paso de una coreografía se requiere capacidad atencional, concentración, memoria y control de impulsos. Por tanto, con la práctica de la danza se entrenan diversas habilidades cognitivas.
Por todas estas ventajas, la danza es una actividad que aporta beneficios en todas las edades. Para los niños es una forma de socialización en la que aprenden habilidades sociales y comunicativas, además de potenciar su desarrollo motor. Para los adolescentes la danza ayuda a canalizar las emociones negativas como la inseguridad, la angustia, el estrés, o la rabia, haciendo que se sientan mejor y aprendan a gestionar mejor las emociones. De cara a la tercera edad, la danza es una actividad muy utilizada como terapia de estimulación cognitiva para personas con deterioro cognitivo como la enfermedad de Alzheimer. Por un lado, las mejoras en la funcionalidad física pueden disminuir el riesgo de lesiones y caídas. Por otro lado, la estimulación cognitiva implica una mejora de calidad de vida de las personas que sufren el deterioro cognitivo y también de sus cuidadores o cuidadoras. Aun así, no es necesario sufrir deterioro cognitivo para practicar danza, ya que aunque tengamos una buena salud mental en nuestra vejez, bailando podremos disfrutar de un mayor bienestar.
Dr. CarlesRabassa
Centre Mèdic Atlàntida