La sexualidad en la tercera edad

A medida que las personas envejecen, muchas aumentan la necesidad de tener una relación cercana con los demás. Esto incluye mantener una vida sexual plena y satisfactoria. En la tercera edad, hay que adaptar esos deseos a los cambios físicos o de salud de ambos miembros de la pareja.

La sexualidad no es solo para los jóvenes. Pese al tabú que sigue existiendo alrededor de este tema, muchas personas mayores continúan disfrutando de relaciones sexuales satisfactorias. Además, en la tercera edad, el sexo no solo aporta satisfacción, también es bueno para la salud física y la autoestima.

El sexo es una forma más de comunicación para la pareja, e incluye besos, miradas, caricias, palabras, etc. Por lo tanto, una buena comunicación entre ambos miembros de la pareja es fundamental, ya que deben ponerse de acuerdo en cómo hacerlo, cuándo y dónde. La mayoría de personas mayores tienen la capacidad de disfrutar del placer sexual, aunque tengan ciertas limitaciones propias del envejecimiento.

Habitualmente, la población mayor visualiza la sexualidad desde dos puntos de vista muy distantes. Hay quienes afirman tener una mayor satisfacción con su vida sexual porque tienen menos distracciones, más tiempo y privacidad que en la juventud. Pero, también, otros mayores afirman que los problemas de salud, la baja autoestima o preocupaciones varias hacen que no disfruten de las relaciones íntimas.

 

Problemas de salud

Un estado de salud deficiente y las enfermedades crónicas, como la enfermedad cardíaca, la diabetes, la demencia o la artritis, dificultan la vida sexual y la intimidad.

Esas patologías y sus tratamientos médicos pueden disminuir el deseo sexual y, en ocasiones, derivar en dificultades para conseguir y mantener la erección o la adecuada lubricación vaginal. En esos casos, se trata de hablar con la pareja y explorar nuevas opciones y también, consultar con el médico posibles soluciones.

Por ejemplo, si el dolor de la artritis es un problema, se pueden probar diferentes posturas sexuales o usar calor para aliviar el dolor articular antes o después de la actividad sexual.

Además, algunas cirugías y medicamentos, como los tratamientos hormonales, los neurolépticos, algunos antidepresivos, también afectan a la función sexual.

Y, por otro lado, muchos adultos mayores no saben que todavía corren el riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, como herpes, verrugas genitales y gonorrea. Es decir, la edad no protege de este tipo de enfermedades, por lo que la protección sigue siendo indispensable.

 

Cambios físicos en la mujer y el hombre

El paso de los años, la menopausia en las mujeres o la andropausia en los hombres, conllevan una serie de cambios fisiológicos que pueden influir en la respuesta sexual.

  • Mujeres

Es común que a medida que la mujer envejece note ciertos cambios en su vagina, que suele estrecharse y acortarse. Sobre todo, la mayoría de mujeres tienen menos lubricación vaginal, hecho que puede provocar que algunos tipos de actividad sexual, como la penetración, sean dolorosos.

Ante el problema de sequedad y falta de lubricación, se pueden usar lubricantes para hacer que las relaciones íntimas sean más confortables.

  • Hombres

Por otro lado, cuando un hombre envejece los niveles de testosterona disminuyen y la disfunción eréctil o impotencia se vuelve más habitual. Esta impotencia sexual puede hacer que el hombre tarde más en lograr una erección o que esta no sea tan firme como años atrás. También tendrá menos fuerza en la eyaculación y orgasmos más cortos.

Si ocurre de vez en cuando, no significa un problema. Pero si esta disfunción eréctil es frecuente, se aconseja consultar con el médico.

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Consejos para relaciones sexuales saludables entre personas mayores

El sexo puede seguir formando parte de una vida sana y saludable a cualquier edad.

Para mantener unas relaciones íntimas agradables en la tercera edad, se aconseja:

  • Hablar con la pareja y compartir abiertamente las necesidades, las preocupaciones y los deseos.
  • No asumir que la pareja ha perdido el interés si se sienten cambios en su actitud hacia las relaciones sexuales. Lo mejor es hablar con ella sobre la situación.
  • Consultar con el médico si se sufren problemas crónicos, aparecen problemas de salud o dificultades a la hora de mantener relaciones, etc.
  • Ir más allá de la penetración. Las relaciones sexuales también significan besar, tocar y otros contactos que pueden ser igual de gratificantes.
  • Adaptar las relaciones y explorar nuevas formas de conectar
  • Cultivar la sensualidad y disponer de tiempo para jugar y experimentar.
  • Si se ha perdido a la pareja, nunca será tarde para socializar y encontrar a alguien que aporte, de nuevo, cercanía e intimidad.

 

Dra. Claudia Pueyo
Medico familiar centre mèdic Atlàntida