La espirometría es una prueba médica que mide el flujo de aire que exhala el paciente y la velocidad a la que lo hace. Es una prueba que puede diagnosticar enfermedades pulmonares.

La espirometría es una prueba médica que se realiza respirando a una boquilla unida a un aparato que recibe el nombre de espirómetro y que mide la cantidad y la frecuencia de aire inspirado y espirado durante un tiempo concreto. Es decir, se fuerza la respiración para medir el flujo aéreo de esa persona.

La espirometría permite saber si hay un patrón normal en la respiración de un paciente. Es una prueba no invasiva utilizada para conocer la función pulmonar de esa persona y para diagnosticar posibles enfermedades pulmonares, como el asma, la bronquitis o el enfisema pulmonar.

Es clave, por ejemplo, para detectar casos de asma infantil y otras patologías en cualquier etapa de la vida. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica recuerda que, en el mundo, 65 millones de personas sufren EPOC y 334 millones, asma. La prevención y una detección precoz salvan vidas.

Por lo tanto, la espirometría es una prueba valiosa por poder diagnosticar y valorar de forma independiente algunas enfermedades respiratorias. Asimismo, permite realizar su seguimiento, orienta sobre el tratamiento más adecuado y es una pieza clave en el abordaje de estos enfermos pulmonares.

Actualmente, se recomienda realizar una espirometría a los pacientes fumadores mayores de 40 años, aunque no tengan síntomas. También a cualquier paciente que presente clínica de tos, disnea o sibilancias de manera recurrente.

¿Para qué se realiza?

  • Para diagnosticar enfermedades respiratorias.
  • Para evaluar el grado de afectación de la función pulmonar ante la existencia de síntomas respiratorios como la tos, sibilancias o falta de aire.
  • Para evaluar el riesgo de procedimientos quirúrgicos.
  • Para valorar la respuesta del paciente a determinados medicamentos, como, por ejemplo, un broncodilatador.
  • Para determinar si ciertos agentes tóxicos presentes en el ámbito laboral afectan o no a la función respiratoria de los empleados.

espirometria-3

¿Hay que prepararse antes de una espirometría?

Antes de realizar este tipo de prueba no invasiva, el médico preguntará al paciente qué problemas ha notado al respirar y si siente pitidos en el pecho o si ha tenido tos, expectoración o algún síntoma similar. Tras una auscultación de los pulmones, y si el especialista lo considera necesario, es cuando se lleva a cabo una espirometría.

Previamente a esta prueba diagnóstica, el médico especialista aconsejará ciertas pautas para asegurar que los resultados no se vean alterados:

  • No hay que ir en ayunas, pero sí se recomienda no ingerir comidas pesadas
  • No fumar al menos 4 o 6 horas antes del examen
  • Evitar bebidas con cafeína, como el café y el té, unas 8 horas antes de la prueba
  • No realizar actividad física intensa 30 minutos antes de la espirometría
  • Evitar ropa muy ajustada

¿Qué voy a sentir?

Durante la prueba, el paciente debe mantener una respiración normal y calmada y seguir, en todo momento, las indicaciones del especialista. Es importante cerrar firmemente los labios a la hora de soplar por el espirómetro y la boquilla desechable.

Primero, el paciente inspirará aire al máximo de su capacidad, tras lo que, a través de una boquilla de cartón conectada al espirómetro, deberá expulsar todo el aire posible de forma continua durante unos 6 segundos. Es lo que se conoce como espirometría simple. Así se mide el volumen de aire que entra y sale de los pulmones, y el máximo que podría entrar y salir.

Posteriormente, se repetirá la prueba expulsando el aire en el menor tiempo posible; es decir, se llevará a cabo una espirometría forzada. Es la más útil para el estudio de broncopatías. Así se mide el flujo, o lo que es lo mismo, la cantidad de aire por segundo que puede expulsar una persona.

En algunos casos, es posible que el paciente deba inhalar alguna medicina previa a la prueba o durante su transcurso. Se trata de otro tipo de espirometría, que se realiza después de una prueba de broncodilatación o de provocación. Se suele aconsejar cuando la espirometría forzada es normal, pero se sospecha que existen episodios aislados de obstrucción.

Durante la prueba, y únicamente en algunas ocasiones, el paciente puede notar cierta sensación de mareo o de dificultad respiratoria. Se debe, en gran parte, a que al respirar por la boquilla se usan unas pinzas nasales para evitar que el aire escape por otros sitios e interfiera en los resultados finales del examen.

Finalmente, tras una espirometría, y siempre en función del resultado, el neumólogo especialista puede recomendar efectuar otras pruebas complementarias más complejas. Con ellas, se acabará de medir la función pulmonar del paciente.

 

Dr. Carles Rabassa
Centre Mèdic Atlàntida